PlanetaSostenibilidadNuevas carretillas elevadoras eléctricas

En 2016, Jacobi Carbons Francia se convirtió en el primero del grupo Jacobi Carbons en eliminar todas las carretillas elevadoras diésel, sustituyendo toda la flota por ocho eléctricas. El proyecto completo fue supervisado por Usman Saeed, director de producción de EMEA, quien sabía que el cambio supondría una gran diferencia en el bienestar de los empleados y los efectos sobre el planeta.

Las nuevas carretillas han contribuido considerablemente a alcanzar nuestro objetivo de convertirnos en el proveedor de carbón más sostenible. Nuestros objetivos se dividen en tres categorías: personal, planeta y producto. Este cambio ha tenido un impacto significativo tanto en nuestros trabajadores como en nuestro planeta.

Parece un cambio sencillo, pero hay varios aspectos de sus beneficios a tener en cuenta (algunos de los cuales quizás no habrás pensado), todos ellos los explicamos a continuación:

Planeta

Antes:

Antes del cambio, toda la flota de carretillas de la planta funcionaban con diésel. Por lo que emitían gases, como el CO2, que iban directamente al aire de la fábrica. Si bien el CO2 está presente en la atmósfera y su mera existencia no es necesariamente un enemigo, mayores cantidades de este gas contribuyen al calentamiento global. Mientras las carretillas estaban paradas manipulando la mercancía, los motores continuaban funcionando, y por lo tanto, emitiendo gases y desperdiciando energía. además, funcionar con un motor tradicional supone utilizar aceites de transmisión y líquidos refrigerantes que generan residuos.

Después:

Las carretillas nuevas funcionan con batería, lo que ha supuesto que nuestras emisiones de CO2 hayan descendido drásticamente en nuestras naves de producción y en los almacenes ubicados en Francia. Las emisiones de CO2 de una carretilla elevadora diésel durante cinco años es de aproximadamente 36 toneladas. Durante el mismo periodo de tiempo, una carretilla elevadora eléctrica emitirá 0,99 toneladas de CO2, una gran diferencia. La caída drástica en las emisiones de gases de efecto invernadero significa una reducción de nuestra contribución en el cambio climático.

Las baterías de plomo y ácido utilizadas por las carretillas se cargan todas las noches a través de la red nacional francesa (que funciona con turbinas eólicas y centrales nucleares en todo el país). Al igual que los coches eléctricos con el sistema stop-star, cuando las carretillas no están en uso, no consumen energía. Lo que significa nada de emisiones innecesarias ni malgasto de energía.

Cuando sus baterías llegan al final de su vida útil, se pueden reciclar por completo, lo que se traduce en que no quedan residuos innecesarios que contaminen nuestro planeta. Nos aseguramos de que tengan el mantenimiento correcto; es decir, que se llenen de agua, se limpien correctamente y se carguen adecuadamente. Lo que nos permitirá usarlas lo máximo posible, unos 10 años.

 

Personal

Antes:

Antes de adquirir las carretillas eléctricas, el personal que trabajaba en la fábrica estaba expuesto a los gases de escape y, por lo tanto, a una menor calidad del aire. El aire de las fábricas de Jacobi con frecuencia presentan polvo de carbón en suspensión. Las carretillas que funcionan con diésel requieren de una excesiva inyección de aire que posteriormente es expulsado por el tubo de escape y que remueve el polvo que hay en el aire, disminuyendo aún más la calidad del aire que respiran los trabajadores.

Además de reducir la calidad del aire, las antiguas carretillas eran muy ruidosas y exponían a los operarios a elevados niveles de vibración.

Después:

Como ya se ha comentado, las emisiones de CO2 han descendido drásticamente y ello ha mejorado la calidad del aire que respira nuestro personal, así como, también es beneficioso para el medio ambiente. Nuestros trabajadores ya no tienen que preocuparse por respirar cantidades excesivas de polvo fino en suspensión, ya que las nuevas carretillas no lo remueven como hacían las antiguas carretillas diésel.

También se han reducido el ruido y las vibraciones. Para asegurarnos de que pudiéramos medir las mejoras con precisión, colaboramos con la Asociación Francesa de Seguridad y Salud para los Trabajadores, que trabaja junto con las empresas para el bienestar de sus empleados. Se colocó un sensor en la ropa de los conductores mientras usaban las carretillas con motor diésel, luego se hizo lo mismo cuando usaron las eléctricas, y se compararon ambos resultados. Dichos sensores nos mostraron un descenso del 60% en la exposición a vibraciones y de un 11% en los niveles de ruido. Esta reducción del ruido ha supuesto que ahora los operarios trabajan en un entorno más seguro, ya que pueden escuchar lo que sucede claramente.

Sólo ha habido comentarios positivos del personal de Jacobi sobre el cambio, se aprecia la reducción del ruido y del polvo. Tras el éxito del proyecto en Vierzon, ahora también hemos alquilado una plataforma elevadora de brazo articulado eléctrica. Sus beneficios son muy similares a los de las carretillas.

 

Tras el éxito de la revolución eléctrica de Vierzon, otras compañías del grupo Jacobi también están considerando el cambio de diésel a eléctrico. Cada cambio, por pequeño que sea, acerca aún más a Jacobi de alcanzar su objetivo de convertirse en el proveedor de carbón más sostenible.

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